La educación chilena necesita una carta de navegación clara y definida

En los últimos meses, se han sucedido una gran cantidad de iniciativas en pos de tratar de mejorar la educación en Chile. El domingo 18 de julio, J. J. Brunner advertía de que se estaban dando una serie de iniciativas sin tener un foco principal, una carta de navegación clara que aunase todas las medidas que salen día a día. Y esta realidad continúa día a día, con nuevas medidas como el SIMCE en inglés, ed. Física, en solicitud de horas para programas de prevención de drogas en los colegios, etc. Y en esta vorágine de iniciativas, recordé una conversación sostenida hace una cantidad de años atrás con Ernesto Livacic G. en nuestra segunda Escuela de Jefes.

| Rafael Mascayano Medo (Chile) Rafael Mascayano Medo (Chile)

Ernesto nos contó que siendo Subsecretario de Educación en el gobierno de Frei Montalva, le había tocado ir a una reunión de la Unesco en París y aprovechó la ocasión para solicitar una reunión con el P. Kentenich. Ésta le fue concedida y tomó el tren aprovechando el fin de semana para poder conversar con él.

El Padre K. junto con escuchar sus preocupaciones le comenzó a preguntar sobre qué estaba realizando el gobierno en pos de la educación con gran interés, tratando de conocer a fondo las políticas y orientaciones que se estaban realizando.

Ernesto le comentó que una de las grandes tareas era ampliar la cobertura de la educación y le señaló todo lo que se estaba realizando. El Padre lo escuchó, le preguntó detalles y al terminar le comentó que tuviesen mucho cuidado ya que no bastaba aumentar la cobertura si no se tenía claridad en la consecuencia que ello podía tener en la preparación adecuada de los docentes, en la adecuada incorporación de los niños, en la necesidad de realizar programas en forma orgánica, etcétera.

En conversaciones posteriores, Ernesto me refería que de verdad el Padre había acertado en que antes de tomar alguna medida, era muy conveniente mirar muy bien las consecuencias que ellas pudiesen tener.

Al ya retirarse de la entrevista, que era en época de invierno, el Padre metió su mano en un bolsillo y le pasó un rosario diciéndole "esto es para el espíritu", y sacando de otro lado una botellita de vino le dijo "y esto para el cuerpo".

Nuestra educación chilena necesita de una carta de navegación clara que realmente apunte a desarrollar en forma efectiva tanto la intencionalidad como las formas a llevarlas a cabo. Mucho aletear solo trae que nos llenemos de activismo y polvo que no nos deja mirar los problemas de fondo, tenemos que tener calma para apuntar a un foco del cual se derive todo el resto de las acciones a realizar.

Por Rafael Mascayano Medo, Chile
Santiago, 25 de julio de 2010

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