"INTERPRETANDO" AL PADRE KENTENICH - II PARTE

Como una continuación de la columna anterior, "Interpretando al Padre Kentenich" investigué qué significa interpretar el pasado y a la historia en general, y el documento "La Iglesia y las culpas del ...

| Mario Requena Pinto Mario Requena Pinto
Como una continuación de la columna anterior, "Interpretando al Padre Kentenich" investigué qué significa interpretar el pasado y a la historia en general, y el documento "La Iglesia y las culpas del pasado" - que fue propuesto a la Comisión Teológica Internacional de parte de su presidente, el cardenal Joseph Ratzinger, con vistas a la celebración del Jubileo del año 2000- nos da muchas luces metodológicas que creo se pueden aplicar para el estudio del Padre Kentenich y su legado. En el Capítulo IV. 1.- "La interpretación de la historia", el documento dice: "¿Cuáles son las condiciones de una correcta interpretación del pasado desde el punto de vista del conocimiento histórico? Para determinarlas hay que tener en cuenta la complejidad de la relación que existe entre el sujeto que interpreta y el pasado objeto de interpretación; en primer lugar se debe subrayar la recíproca extrañeza entre ambos. Eventos y palabras del pasado son ante todo «pasados»; en cuanto tales son irreductibles totalmente a las instancias actuales, pues poseen una densidad y una complejidad objetivas, que impiden su utilización únicamente en función de los intereses del presente. Hay que acercarse, por tanto, a ellos mediante una investigación histórico crítica, orientada a la utilización de todas las informaciones accesibles de cara a la reconstrucción del ambiente, de los modos de pensar, de los condicionamientos y del proceso vital en que se sitúan aquellos eventos y palabras, para cerciorarse así de los contenidos y los desafíos que, precisamente en su diversidad, plantean a nuestro presente." "En segundo lugar, entre el sujeto que interpreta y el objeto interpretado se debe reconocer una cierta co-pertenencia, sin la cual no podría existir ninguna conexión y ninguna comunicación entre pasado y presente; esta conexión comunicativa está fundada en el hecho de que todo ser humano, de ayer y de hoy, se sitúa en un complejo de relaciones históricas y necesita, para vivirlas, de una mediación lingüística, que siempre está históricamente determinada. ¡Todos pertenecemos a la historia! Poner de manifiesto la co-pertenencia entre el intérprete y el objeto de la interpretación, que debe ser alcanzado a través de las múltiples formas en las que el pasado ha dejado su testimonio (textos, monumentos, tradiciones...), significa juzgar si son correctas las posibles correspondencias y las eventuales dificultades de comunicación con el presente, puestas de relieve por la propia comprensión de las palabras o de los acontecimientos pasados; ello requiere tener en cuenta las cuestiones que motivan la investigación y su incidencia sobre las respuestas obtenidas, el contexto vital en que se actúa y la comunidad interpretadora, cuyo lenguaje se habla y a la cual se pretenda hablar. Con tal objetivo es necesario hacer refleja y consciente en el mayor grado posible la pre-comprensión, que de hecho se encuentra siempre incluida en cualquier interpretación, para medir y atemperar su incidencia real en el proceso interpretativo." "Finalmente, entre quien interpreta y el pasado objeto de interpretación se realiza, a través del esfuerzo cognoscitivo y valorativo, una ósmosis («fusión de horizontes»), en la que consiste propiamente la comprensión. En ella se expresa la que se considera inteligencia correcta de los eventos y de las palabras del pasado; lo que equivale a captar el significado que pueden tener para el intérprete y para su mundo. Gracias a este encuentro de mundos vitales, la comprensión del pasado se traduce en su aplicación al presente: el pasado es aprehendido en las potencialidades que descubre, en el estímulo que ofrece para modificar el presente; la memoria se vuelve capaz de suscitar nuevo futuro." "A una ósmosis fecunda con el pasado se accede merced al entrelazamiento de algunas operaciones hermenéuticas fundamentales, correspondientes a los momentos ya indicados de la extrañeza, de la co-pertenencia y de la comprensión verdadera y propia. Con relación a un «texto» del pasado, entendido en general como testimonio escrito, oral, monumental o figurativo, estas operaciones pueden ser expresadas del siguiente modo: «1) comprender el texto, 2) juzgar la corrección de la propia inteligencia del texto y 3) expresar la que se considera inteligencia correcta del texto»." "Captar el testimonio del pasado quiere decir alcanzarlo del mejor modo posible en su objetividad, a través de todas las fuentes de que se pueda disponer; juzgar la corrección de la propia interpretación significa verificar con honestidad y rigor en qué medida pueda haber sido orientada, o en cualquier caso condicionada, por la pre-comprensión o por los posibles prejuicios del intérprete; expresar la interpretación obtenida significa hacer a los otros partícipes del diálogo establecido con el pasado, sea para verificar su relevancia, sea para exponerse a la confrontación con otras posibles interpretaciones." Por otra parte, en el Capítulo V del mismo documento: "Discernimiento Ético: Algunos Criterios Éticos. b) "El principio de la historicidad" encontramos lo siguiente: "Precisamente en cuanto cada acto humano pertenece a quien lo hace, cada conciencia individual y cada sociedad elige y actúa en el interior de un determinado horizonte de tiempo y espacio. Para comprender de verdad los actos humanos y los dinamismos a ellos unidos, deberemos entrar, por tanto, en el mundo propio de quienes los han realizado; solamente así podremos llegar a conocer sus motivaciones y sus principios morales. Y esto se afirma sin perjuicio de la solidaridad que vincula a los miembros de una específica comunidad en el discurrir del tiempo". Como conclusión saco entonces que interpretar el legado del Padre Kentenich no es tarea fácil y que se puede estar proclive a muchas interpretaciones si no se lo hace de manera rigurosa. En particular creo que el Discernimiento Ético es fundamental en lo que respecta el "principio de la historicidad" ya que se tiende a estudiar al Padre Kentenich como si en sus escritos estuviera todo lo necesario para interpretarlo, lo cual a mi modo de entender y basado en este principio de la historicidad no es correcto. En segundo lugar es muy importante conocer la persona del Fundador ya que "para comprender de verdad sus actos humanos y los dinamismos a ellos unidos, deberemos entrar, por tanto, en el mundo propio de quienes los han realizado" o sea el propio Padre Kentenich. Y para finalizar, repito acá las palabras del Padre Rafael Fernández que tuvo la amabilidad de comentar el anterior artículo y que considero destaca una actitud fundamental para interpretar al Padre Fundador. "Si existe un verdadero espíritu sobrenatural entre nosotros, debiéramos superar las divergencias, respetándonos, dándonos la libertad que poseemos como personas y comunidades que son autónomas, pero no centradas en sí mismas, reeditando las "envidias clericales" que tanto daño han causado a la Iglesia en el tiempo pasado" "Queremos traer otro espíritu al seno de la Iglesia. Otro modo de tratarnos mutuamente. Otra forma de actuar en común. Así podremos acercarnos al ideal de ser "corazón de la Iglesia"
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